Los sistemas láser para la piel utilizan una fuente de CO2, con una potencia normalmente comprendida entre los 50 y 500 vatios. Provistos del correspondiente software para uso de archivos vectoriales y control de los parámetros de fabricación, tales como potencia, velocidad, frecuencia. Los sistemas láser son principalmente de 2 tipos: de plotter y galvanométricos. Esta segunda versión se caracteriza por tener un rayo láser operado mediante espejos que se mueven con precisión y a altísima velocidad, permitiendo resultados de óptima calidad; se la utiliza para trabajos de grabado, perforación, raster fotográfico, corte de contornos.