Después de las fases de curtido la piel debe secarse con un grado óptimo de humedad interna. Este proceso debe darse en condiciones ambientales controladas y reproducibles en el tiempo a fin de que se garanticen el rendimiento en superficie y las características físicas. Ello se logra suspendiendo las pieles por algunas horas en túneles de secado, o por secado bajo vacío, o secado en bastidor en el que se habrán clavado las pieles, o bien por otros medios de secado, según el tipo de producto terminado que se deba obtener.