El rasado es una operación de producción para regulación final del espesor de la piel y puede efectuarse en el producto húmedo o en el terminado. Las máquinas utilizadas para este proceso actúan desde el lado carne de la piel, retirando el exceso de material mediante hojas afiladas montadas en espiral sobre cilindros rotativos mientras el lado flor se apoya sobre cilindros de presión. El afilado constante de las hojas es asegurado por un carro móvil con amoladora.